PIEDRA BLANCA, MONSEÑOR NOUEL-. A un año y cinco meses de haberse construido, el elevado de Piedra Blanca ha sepultado la vida económica de este municipio, con el cierre masivo de negocios y otros a punto de hacerlo por la disminución considerable de las ventas, cuya obra ocasiona además a los lugareños graves inconvenientes en el tránsito vehicular y peatonal de éste municipio.
Para comerciantes, vendedores ambulantes, dirigentes comunitarios y autoridades locales la situación que viven los residentes de aquí es muy calamitosa, tras la inauguración del elevado, el 17 de enero del pasado año, por parte del Ministerio de Obras Públicas, el cual fue construido por la empresa Odebrecht, con una inversión aproximada de 12 millones de dólares.
A juicio de Gil Amado Cabreja, Presidente del Bloque de Instituciones Comunitarias de Piedra Blanca, el impacto que ha dejado el elevado ha sido muy “catastrófico”, porque ha arruinado por completo las principales actividades económicas de esta población.
“Aquí antes de la construcción del elevado, teníamos 12 fábricas de dulces y canquiñas y ya sólo quedan cinco, porque no pudieron aguantar y desaparecieron, por la reducción”, significativa que experimentaron sus ventas, expresó Cabreja, visiblemente apenado.
En ese sentido, demandó de las autoridades del Gobierno, la instalación urgente de una Zona Franca, y promover otras actividades productivas en esta demarcación, a los fines de crear fuentes alternativas de empleos que permitan reactivar su economía.
“Después de la construcción del elevado las ventas de todos los negocios han bajado entre un 70 y un 80 por ciento, porque la gente no puede transitar de un lugar a otro”, opina, Ramón Peña, un comerciante de provisiones, con más de 25 años establecido en el mismo centro de esta población.
Aseguró que el tránsito en Piedra Blanca está trastornado, lo que ha perjudicado la vida económica de este municipio, obligando a muchos comerciantes a cerrar sus puertas, mientras que otros están en vía de ir a la quiebra por esa situación.
“Queremos que el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, venga en auxilio de nuestro pueblo a la mayor brevedad posible, para buscar en conjunto alternativas dirigidas a viabilizar el tránsito y la comunicación, a fin de lograr la dinamización del comercio, que se ha desplomado por completo, luego de la construcción del elevado”, sostuvo Peña.
EL DRAMA DE LOS VENDEDORES DE DULCES
Los vendedores de dulces y canquiñas, también manifestaron sus quejas por los daños, que según ellos les ha ocasionado la construcción de la indicada obra vial a su actividad comercial.
“Estamos viviendo una situación difícil, porque con el elevado nuestro pueblo se cayó muerto, la mina que había aquí era la del dulce y ya no se vende nada”, declaró Rumaldo Rosario Sánchez, quien tiene más de 40 años dedicado a éste tipo de negocio.
Otro vendedor que ha visto disminuir sus ingresos es Francisco de León, quien afirma que de 100 unidades de dulces que comercializaba ahora solamente distribuye 25, lo que no le alcanza ni siquiera para la alimentación diaria de su familia.
En tanto que Juana Taveras, al deplorar el drama que viven los vendedores de la zona, afirmó que en su caso particular ella se llevaba diariamente para su casa entre 800 y 1,500 pesos, pero ahora apenas sólo vende 150 y 200 pesos.
“Después de la construcción del elevado, yo tengo que esperar hasta una hora para vender un dulcito y dar cinco tablas por 100 pesos, por lo que no hay ningún beneficio, teniendo yo que pagar alquiler de casa y mantener mi familia, “expresó, Taveras, quien dijo tener cinco años dedicada a éste negocio en la zona.
En iguales términos se expresaron Julián Mena Muñoz y Modesto Ramírez, quienes indicaron que antes de la construcción del elevado los chóferes se paraban con mayor frecuencia a comprar, pero en la actualidad por lo general se van por encima de éste y no se detienen en Piedra Blanca, lo que ha provocado el cierre de varias fábricas de dulces y la pérdida de muchos empleos en la zona.
Lamentaron que las promesas que les hicieron autoridades y representantes del gobierno central para indemnizarlos por los daños que han sufrido no se hayan cumplido, a más de un año de la inauguración de la obra de infraestructura vial.
HABLA EL ALCALDE
El alcalde de Piedra Blanca, licenciado Francisco Contreras (Kiko), reveló que antes de ser electo en esa posición, en representación del Bloque Comunitario del municipio, hizo importantes recomendaciones a los representantes de la empresa ODEBRECHT, para que la construcción del elevado no resultara “más negativo que positivo”, como ocurre en la actualidad.
Explico que pese a que fueron construidos varios puentes peatonales eso no garantiza la rentabilidad de los negocios establecidos en este municipio, ni la seguridad de los peatones. Refirió que anteriormente los negocios se sostenían de los clientes de ambos lados, pero ahora la mayoría de los ciudadanos de aquí se quedan en sus casas por el riesgo que implica tener que cruzar la autopista Duarte.
“Muchos vendedores ambulantes que se ganaban el sustento de su familia, realizando diferentes labores productivas, fueron enviados automáticamente a su casa sin ninguna esperanza de empleo y sin ningún tipo de recompensa”, declaró el funcionario edilicio.
“Después del elevado nuestro pueblo quedó mutilado, donde han hecho dos Piedra Blanca, con un espacio sumamente pequeño”, expuso Contreras. Sostuvo que como alcalde de esta demarcación está dispuesto y abierto para buscar soluciones que permitan cambiar la difícil situación que viven los habitantes de aquí, luego de la construcción del elevado.
“No escatimaremos esfuerzos ni recursos para ayudar a impulsar la economía de nuestro pueblo y poner en marcha las acciones necesarias en materia de reordenamiento del tránsito y de todas las áreas fundamentales para el desarrollo y el bienestar de nuestra gente”, significó Kiko, como popularmente se le conoce en este municipio, quien ostenta la alcaldía de aquí en representación del Partido Revolucionario Moderno (PRM).